En estaciones de subte y comercios solo aceptan pago en efectivo. Hay más alternativas para carga online y desde teléfonos móviles pero aun no se puede cargar con débito en el Subte

Desde que apareció la tarjeta SUBE, las formas de cargarle crédito fueron multiplicándose y hoy incluyen cajeros automáticos, comercios e Internet. Pero las complicaciones siguen, entre las de los negocios a los que «se les cae el sistema», las cargas que quedan sin acreditar y el hecho de que las boleterías de subte aceptan sólo pago en efectivo.

Las cargas de la tarjeta SUBE que se hacen de forma online, y que representan casi el 10% de la totalidad, demandan un paso extra: acreditarlas. Ese requerimiento corre para las que se hacen a través de homebanking, cajeros automáticos, sistema PagoMisCuentas, aplicaciones móviles (como Mercado Pago, Todo Pago, Ualá y Alto Viaje) y billeteras virtuales (Moni, Billetera País, Pago 24, VALEpei, Pim o Paymovil).

Recién a fines del año pasado se sumó una opción práctica para acreditar estas recargas online: la app Carga SUBE. Sin embargo, para que la aplicación funcione, el celular tiene que contar con tecnología NFC, un sistema de comunicación inalámbrico que conecta dos dispositivos por proximidad y con el que sólo los modelos más nuevos cuentan.

¿Qué pasa entonces con la gran cantidad de usuarios que cargan electrónicamente pero no tienen un celular con NFC? Deben dirigirse a una de las terminales automáticas ubicadas en espacios públicos como estaciones de tren, universidades y bancos, lo que para muchos porteños implica caminar hasta 15 cuadras. O, si no, comprar un dispositivo de Conexión Móvil a $ 940, que se usa en conexión con una computadora, un celular o una tablet.

Para quienes ni siquiera manejan homebanking o aplicaciones móviles, la situación es aún más complicada. En ese caso, la alternativa es cargar directamente en un centro de atención SUBE -con efectivo o tarjeta de débito o crédito- o en una boletería de subte, donde la única opción para pagar es el efectivo.

En una época en la que comercios y monotributistas están obligados a aceptar tarjetas de débito como medio de pago, el plástico que se usa para moverse en transporte público se maneja de otra manera. «Cada red de carga de SUBE puede decidir las opciones de pago para cargar la tarjeta», indican voceros de SUBE, área administrada por Nación Servicios. Y precisan que por red de carga se refieren a «las empresas que llevan la carga a comercios, que en los trenes está a cargo de SOFSE, y en el subte, de Metrovías». La red ferroviaria y la subterránea representan juntas el 29,5% de las cargas de la tarjeta, según datos oficiales.

«Por un lado, se les exige a los trabajadores que estén bancarizados hasta para cobrar el sueldo, pero por el otro no se puede pagar con débito en boleterías. Es algo insólito», lamenta Sandra González, presidenta de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (ADECUA).

Desde Metrovías sostienen que el uso de efectivo como única opción para recargar la SUBE en boleterías del subte es «una metodología/proceso que no tiene otra lógica más que el acuerdo oportunamente convenido entre las partes, Nación Servicios y Metrovías».

Sin embargo, voceros de SUBE argumentan que el ente que debe instruir a Metrovías en estos temas no es Nación Servicios sino Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), la empresa estatal porteña que administra el subte, «por ser su prerrogativa exclusiva en su carácter de organismo público dependiente del Gobierno de la Ciudad».

Consultados sobre este punto, desde SBASE se limitan a destacar que «el pago con tarjeta y otros medios electrónicos se implementará cuando asuma el nuevo operador, ya que es una de las condiciones que se le imponen». En ese sentido, en su propuesta para la nueva concesión, Metrovías aspira a que también pueda pagarse directamente en el molinete con un celular con NFC.

Para complicar aún más las cosas, y pese a que no consta en ninguna ley, hay líneas de colectivo que no permiten que un usuario le «preste» la tarjeta a otro, incluso aunque no tenga asociado ningún tipo de descuento por tarifa social, según quejas de usuarios. Pero, como aclaran desde SUBE, «si no se es beneficiario de la tarifa social, se puede abonar más de un pasaje. Las empresas de transporte no deben limitar el pago de más de un pasaje con la misma tarjeta». Y sugieren que, ante esos casos, se haga el reclamo ante la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) «para que se tomen las medidas necesarias».

Mientras tanto, en el día a día, los pasajeros que están a punto de subirse a un colectivo saben que, en un contexto de aumento tarifario constante, encontrarse sin saldo en la SUBE es cosa seria.